KIKUYU

Idioma:   El idioma Kikuyu, también llamado Gikuyu, Gigikuyu, Gekoyo, Ndia, Gichugu, Mathira , es un idioma Bantú cercano a las lenguas Kamba, el Meru, el Embu, y el Chuka, hasta el extremo de que pueden entenderse entre ellos hablando cada uno su propio idioma. Aunque su fondo idiomático procede del cushita Thagicu, el idioma cushita, a lo largo de los siglos, se ha ido enriqueciendo con muchas aportaciones de los pueblos con los que ha convivido incluyendo las aportaciones de lenguas nilóticas, como es el caso de muchos términos incorporados durante el último siglo procedentes de la lengua Maasai. Los matrimonios mixtos entre Kikuyu y Maasai durante este tiempo fueron muy comunes, es el caso del primer presidente de Kenia, Mzee Jomo Kenyatta, que era mezcla de ambas culturas.

Pueblos vecinos:   Kamba , Meru , Embu , Maasai

Historia:   Según la tradición oral Kikuyu, proceden de Gikuyu, el fundador de la etnia. Éste tenía una esposa llamada Mumbi que dio a luz nueve hijas. Estas hijas son el origen de los nueve clanes familiares actuales (muhiriga), que son : los Achera, Agachiku, Airimu, Ambui, Angare, Anjiru, Angui, Aithaga, y Aitherandu. . Según esta tradición, los hombres se cansaron de su tratamiento por las mujeres y se rebelaron, de donde nacería un décimo clan (pero se cuentan sólo nueve y se considera que trae mala suerte hablar de este décimo clan. Esta leyenda parece representar un cambio en la historia del matriarcado a organización patriarcal como ocurrió con otros pueblos Bantús.

Los antepasados del pueblo Kikuyu llegaron a Kenya durante las migraciones Bantús de los años 1200 a 1600. La base cultural del actual pueblo Kikuyu parece que procede de los colonos iniciales de la zona, los Thagicu, instalados allí desde el s. XII. Es a partir del s. XVII que podemos hablar de la existencia de los actuales Kikuyu, y del Distrito de Mukurue como la zona en que residían. 

Durante la época colonial británica, lamayor parte del pueblo Kikuyu, fundamentalmente agricultores, perdió sus tierras a manos de los colonos blancos siendo forzados a trabajar como obreros en sus granjas. Ante esta pérdida de las tierras más fecundas, junto a la expansión demográfica, muchos emigraron a a la Provincia del Valle del Rift, permaneciendo allí después de la independencia. Durante el mandato del Presidente Kikuyu,  Kenyatta, (1963-1978), ellos disfrutaron de ventajas políticas y económicas. Aunque continúan siendo más aventajados económicamente, la llegada del presidente Kalenjin, Moi, les supuso la pérdida de sus privilegios, considerándose desde entonces tratados de forma discriminatoria, habiendo sido, además, blanco de los primeros actos de violencia étnica.

Esta violencia comenzó con los intentos de los políticos Kalenjin y Maasai de instaurar el sistema federal para el acceso a la propiedad de la tierra llamado Majimboism, un sistema basado en etnicidad, y consistente en que sólo tendrían derecho a la propiedad de la tierra los habitantes originales de cada territorio. Esta política pretendía dar la oportunidad a los habitantes Kalenjin y Maasai del Valle del Rift para recuperar las tierras adquiridas, a veces de forma muy ventajosa, por los por Kikuyu durante la época colonial y durante el primer gobierno de la Kenia independiente. Como consecuencia de la violencia que se originó muchos propietarios legales Kikuyu optaron por abandonar el Valle del Rift. De hecho, el gobierno de Moi ha beneficiado económica y políticamente al pueblo Kalenjin permitiendo a sus gentes ocupar o comprar tierra a precios muy bajos de los que huyeron de la violencia.

Economía:   Agricultores: sorgo, mijo, lentejas, patata dulce, el maíz, patata, yuca, plátano, caña de azúcar, ñame, árboles frutales, tabaco, café, aceite de ricino, té, guisantes, ... Ganadería: cabras, oveja. 

Sociedad:   Como otros muchos pueblos bantues, los Kikuyu basan su organización social en la unidad familiar (nyumba). Varias familias forman un hogar ( mucii) que es parte de un clan (mbari). 

Los Kikuyu se han organizado tradicionalmente a partir de estas estructuras familiares. Los Consejos formados por los cabezas masculinos de una comunidad eligen a un miembro como su portavoz, de entre los el principal "grupo de edad".  Este portavoz era elegido por acuerdo general y puede ser destituido de la misma forma si la comunidad cree que no defiende los intereses de todos.

Aunque tradicionalmente los muchachos eran preparados más para la atención del ganado y de la política comunitaria, y las muchachas hacia el cuidado de los hermanos pequeños y hacia los quehaceres de la casa, la educación conjunta moderna ha logrado que hoy se encuentran hombres y mujeres en todas las área de comerciales y profesionales.

Hoy está desapareciendo la ceremonia de la circuncisión para los muchachos y de la clitoriptomía para las muchachas que se celebrara cada quince años. Todos los participantes en esa ceremonia quedaban agrupados para toda la vida y su situación social dependía del grupo de edad al que pertenecieran. En la actualidad, estás prácticas están remitiendo y cuando se realizan se llevan a cabo de forma individual en un hospital. Se cree que este sistema fue adoptado por los primeros Thagicu copiando de los pueblos Cushitas y Nilóticos. En otro tiempo, si un joven quería hacerse guerrero (anake) tenía que pasar por la circuncisión. A partir de ahí podían participar en los Consejos de su comunidad (kiama).

Mantienen algunas creencias que en la actualidad entran en contradicción con su vida moderna. Se considera que puede traer mala suerte hablar abiertamente sobre el próximo nacimiento de un niño, porque se pensaba que los espíritus malignos podrían dañar al niño. Aun ahora a veces tienen problemas con las práctica europeas de duchar al bebé o mencionar la fecha esperada de nacimiento. Algunos todavía piensan que el número 10 es desafortunado, herencia del mencionado décimo clan, por lo que no es bueno mencionar esa cifra. Al contar decían "nueve completo" en lugar de la palabra para diez. Hoy día este término todavía es usado a veces por personas viejas o de una manera graciosa. La palabra real todavía se retiene, ikumi. 

Los Kikuyu observan un único modelo ritual para dar nombre a los niños, todavía mantenido de forma generalizada. La identidad familiar se continúa en cada generación nombrando a los niños siguiendo el modelo siguiente: el primer muchacho llevará en nombre del abuelo paterno, el segundo muchacho llevará el nombre del abuelo paterno. La primera muchacha se llamará como la madre del padre, la segunda como la madre de la madre. Los hijos siguientes llevarán los nombres de los hermanos y hermanas de la abuela y abuelo, de mayor a más joven, alternando de padre a la familia de madre. Este modelo también se emplea para incorporar nuevos linajes como el caso de refugiados aceptados en un clan o ahora para las parejas jóvenes que se casan normalmente entre miembros de distintas comunidades.

Religión:   La religión más practicada hoy es el cristianismo junto con algunas creencias tradicionales. Tradicionalmente el Kikuyu daba culto a los espíritus de los antepasados. Creían que podía congraciarse o disgustarse con los espíritus de los muertos y conseguir con ello su ayuda y protección o su castigo. Los antepasados eran honrados como intercesores con Dios y los poderes espirituales. Se pensaba que al nombrar a los hijos con los nombres de los abuelos el espíritu de éstos entraba dentro del nuevo niño. Todo esto ha cambiado con la adopción de las ideas científicas y de la religión cristiana. Además, ahora es normal que los abuelos sigan vivos cuando nacen los nietos.

En la religión antigua se creía en un dios creador de todas las cosas, Ngai ( los Kamba lo llaman igual), nombre y tal vez idea tomada de los Maasai, quien lo nombran con el mismo nombre. Creían que Ngai vivía en el cielo, y aún hay hoy grupos que piensan que cuando en monte Kenya está cubierto de nubes es que Ngay esta allí. 

Su religión es por tanto monoteísta y tiene muchas historias que pueden similares a las historias bíblicas. Se realizaban sacrificios cuando las cosas no iban bien, sacrificios que se ofrecían bajo un árbol mugumo generalmente en un lugar alto. Incluso hoy, los mugumo siguen teniendo un carácter sagrado, y cuando algo va mal, la familia o el jefe del pueblo va a un "lugar alto" y ora bajo un mugumo para pedir el perdón por los pecados cometidos y ayuda para los males de la familia o de la comunidad.

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