Pueblos Vecinos: Yoruba
, Ijaw , Jukun
Historia:
El Reino de Benin o Reino de Edo se situaba en el sur de Nigeria, al este del País Yoruba y al oeste del Río
Níger. Estaba
poblado por diversos pueblos que hablaban diferentes dialectos del idioma Edo. Benin es uno de los estados de
Nigeria que en su día estuvo sometido a la obediencia del rey de la
ciudad-estado de Ife (mapa actual). En los campos de los alrededores de la Ciudad de
Benin quedan hoy día un complejo extraordinario de muros de más de 8 metros de
altura y más de 14 kilómetros de longitud, que según los historiadores son
parte de las murallas de la población existente antes de convertirse en la
capital del reino de Benín.
Este reino se fundo entre los siglos 12 y13. Hasta su fundación,
la región densamente arbolada alrededor de la Ciudad de Benin
estaba dividida en varias decenas de minúsculos feudos que luchaban entre sí
hasta su unificación hacia el año 1300. Según la tradición de Benin, cuando los jefes
decidieron unificarse propusieron a Oranyan (Oranmiyan), rey de Ife, como su rey. Oranyan
permanecieron un corto periodo de tiempo en la ciudad de Benin, el suficiente
para engendrar a un hijo con una hija de un jefe local. Su hijo, Eweka, es considerado el primer rey, o
oba, de
Benin. Algunos historiadores sugieren que esta leyenda puede ocultar la desagradable verdad
de que Benin
estaba en este momento dominada por extranjeros.
Durante el siglo 15, el Oba Ewuare aumentó su poder haciendo reformas
importantes. Intentó reducir la influencia del uzama, un cuerpo de jefes hereditarios
que participaban en la elección del oba, instituyendo el caracter hereditario
del rey a través de su hijo primogénito. Además, intentó encontrar un contrapeso
político al uzama creando nuevas categorías de jefes, los "jefes
de palacio"
y "jefes del pueblo" que eran nombrados por él. Según la tradición,
Ewuare construyó un sistema monumental de murallas y fosos
alrededor de la Ciudad de Benin. Además, Ewuare aumentó inmensamente el territorio bajo
el gobierno de Benin.
Con la llegada de los marinos portugueses, el Oba Esigie, que gobernó entre
1504 y 1550, estableció con ellos unas beneficiosas y estables relaciones
comerciales. Se dice que aprendió hablar y leer en portugués. Los obas establecieron
el monopolio real sobre el comercio en pimienta y
marfil con los europeos. Benin se convirtió además, en un exportador importante de
tela a otros paises africanos. Para evitar la disminución de su población se
prohibió la exportación
de esclavos varones durante los siglos 16 y 17, interviniendo en el lucrativo
comercio de esclavos haciendo de intermediarios, comprando a los europeos
esclavos procedentes del Africa Oriental, y revendiéndolos en la región de la
actual Ghana (vea la página sobre Asante).
Los obas adinerados y poderosos se convirtieron en mecenas de artistas y
artesanos. Ewuare creó dos mecenazgos diferentes: uno para el palacio y el
otro para financiar a los gremios de artistas y artesanos. Bajo el reinado de Esigie los artistas de Benin
produjeron sus trabajo más famosos. Los comerciantes traían cobre y latón que
permitió a los trabajadores del metal refinar sus técnicas con el bronce y latón.
Con la muerte de Esigie en 1550 el reino entra en un largo periodo de
decadencia y de pérdida del poder de los oba en beneficio de los jefes locales.
Se sabe poco de la historia del reino de Benín durante los siglos siguientes,
aunque se tienen datos que atestiguan la pérdida de importancia del comercio de
tela y el aumento de riqueza obtenido con su sustitución por el comercio de
esclavos. En el siglo 18 se levanta la prohibición de venta de esclavos
nacionales sin que se conozcan las consecuencias sociales y económicas que esta
medida tuvo para el reino.
El 19 siglo es descrito a menudo por los historiadores como un periodo de declive
continuado que
culmina en la conquista de Benin por los ingleses en 1897.
Como en otras muchas partes de Africa Oriental,
la economía de Benin sufrió un descalabro con la decisión británica de 1807
que optó por la abolición del
comercio de esclavos. En ese mismo tiempo el reino de Benín se ve asediado por
los continuos ataques de los poderosos estados militares musulmanes del norte,
que como en el caso del reino Nupe le arrebatan parte de los territorios
periféricos del norte del reino. Al oeste, el estado Yoruba de Ibadan , le iba,
igualmente arrebatando el control sobre algunas zonas fronterizas.
Este contexto de declive y amenazas externas ha sido empleado por los historiadores
para explicar
un aspecto infame de la historia de Benin, la práctica de sacrificios humanos: La intensificación de
sacrificios humanos en
la Ciudad de Benin a finales de los años 80 del siglo 19, escribe el
investigador nigeriano Asiwaju, ha sido interpretado
por algunos como la evidencia de la desesperación de los gobernantes que buscan
soluciones rituales al problema político de su inminente derrumbamiento.
Sociedad: A pesar de a americanización creciente
de la juventud en el área de moda, comida, música e idoma (está surgiendo un Anglo-Edo), algunos aspectos
de la cultura Edo permanecen con fuerza. Las ceremonias tradicionales de matrimonio,
la forma de dar nombre a los hijos, así como la organización en grupos de interés (ahora en la forma de clubes
sociales) ha permanecido intacto.
Es de señalar que la enorme influencia de las religiones llegadas del exterior no
ha cambiado determinadas prácticas tradicionales.
Los ritos fúnebres cada día más están siendo cambiados
por los introducidos por el cristianismo y el islam. Estos cambios puede que
progresivamente se vayan introduciendo en otras esferas y que lleguen a minar la base comunal de
la sociedad Edo y el propio sistema familiar extendido. Una innovación social
importante este siglo es el desarrollo de clubes sociales no sólo interesado en
el bienestar de sus miembros, pero en el desarrollo de la comunidad en conjunto.
En el terreno de la política se mantiene la dicotomía entre el sistema tradicional de gobierno
y el
moderno, a pesar de los esfuerzos habidos en las revisiones constitucionales de los años
setenta y ochenta para
integrar los dos sistemas. A pesar de estos esfuerzos infructuosos, el sistema tradicional con sus instituciones
y personal
permanece distinto del moderno. El Palacio permanece distinto del Gobierno
Estatal, el Enigie y Edionwere de los Gobiernos Locales, y las Sociedades del
Palacio de los partidos políticos. Los recientes desarrollos en el sistema político
moderno han ido en detrimento de Edo, al darse la situación de que los
políticos Edo han aparecido siempre en posiciones secundarias de los partidos
con implantación entre los etnias mayoritarias.
Economía:
Hasta 1897, Edo animó a los ciudadanos creativos a desarrollar tecnologías
para mejorar la calidad de vida. Algunos de los líderes participaron activamente en el desarrollo de innovaciones
tecnológicas.
Tal es el caso del Oba Ewuare
que reinó en el siglo XV y que aprovechó sus años de destierro en el
bosque para adquirir valiosos
conocimientos en el uso curativo de las hierbas que sentarían las bases para el
desarrollo de la medicina herbolaria edo antecesoras de muchas de las medicinas
producidas por los laboratorios químicos actuales
El desarrollo tecnológico Edo comenzó a decaer durante el periodo colonial. La introducción de
la educación occidental
rompió el sistema de aprendizaje tradicional, instaurando la creencia de los
británicos en su superioridad tecnológica.
Desde la independencia de Nigeria los problemas políticos
han tenido graves repercusiones económicas para el pueblo edo. Por ejemplo, el
Programa de Ajuste Estructural marcado por el Banco Mundial supuso el derrumbamiento de
las pocas empresas industriales existentes en Edo con el consiguiente aumento de
la pobreza, el desempleo, la emigración y la delincuencia. Y sobre todo, en los
años sesenta, el Decreto de Uso de la Tierra que suponía dar el control de la
tierra a los Gobiernos Federales hizo que los bosques cuya explotación había
sido refrenada
por la demarcación de reservas de bosques hechas por los británicos fueran
cedidos para su explotación exhaustiva a compañías madereras e industrias
farmacéuticas que acabaron con la mayor parte de esta riqueza hasta llegar a
nuestros días en que sólamente queda el 2 % de los bosques que había hace
cuarenta años .
Además, esta expropiación de la tierra por parte del Estado
ha obligado a emigrar hacia la ciudad a gran número de familias campesinas de
diferentes etnias lo que es de preveer que generará problemas interétnicos
durante el siglo XXI.
Religión:
Es en el terreno de la religión donde se han producido los cambios más dramáticos
en Edo a lo largo de todo el siglo XX. Al principio de siglo, la inmensa mayoría
Edo practicaban la religión tradicional de sus
antepasados mantenida desde su fundador Igodo en el año 601 D.C. Esta religión,
que tenía a Osanobua como el Dios supremo desarrolló el culto a otros dioses
menores y una forma de culto de los antepasados. A lo largo de todo el siglo el
islam y el cristianismo fueron captando a gran parte de la población edo que a
pesar de ello seguían manteniendo muchos de los cultos tradicionales en una
especie de sincretismo religioso.
Pero la influencia más nociva de estas religiones se
manifestó en la forma en que eran introducidas, utilizando otros idiomas
diferentes del edo, mostrando desprecio y hostilidad hacia la cultura local , lo
que llevaba a sus nuevos adeptos a mantener posturas similares hacia su propia
lengua y tradición con la consiguiente pérdida de identidad nacional.
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