Reino Buganda

El Reino de Buganda se encuentra en la región sur-central de Uganda. Está justo en el corazón de África a horcajadas sobre el ecuador y en las costas del noroeste del lago Victoria. Buganda tiene una población de 5.500.000 personas según el censo de 2002.

La región conocida hoy como Buganda era conocido como Muwaawa antes del siglo XII, nombre que parece significar un lugar que está escasamente poblado. Se cree que estas personas vinieron de Abisinia a través del valle del Rift y los montes Elgon.

Estas personas se organizaron en grupos que tenían un ancestro común y que constituyen la unidad más importante en la cultura de Buganda: el clan. El líder de cada uno de estos clanes sería el jefe de un territorio. Había cinco clanes originales conocidos como Banansangwa: Fumbe, Lugave, Nonge Njaza y Nyonyi. Estos continuaron aumentando hasta 52 clanes en 1966.

Según la tradición oral, hacia el año 1300, Kintu I se hizo con el control de los diferentes territorios convirtiéndose en el primer Kabaka (rey) de un reino centralizado que pasó a llamarse Buganda , conocido hasta entonces como Muwaawa.

Hasta 1750, la posición del Kabaka era hereditaria. El Kabaka podía tener decenas de esposas, y siendo una sociedad matriarcal, el heredero podía ser miembro de cualquiera de los clanes maternos. Esta situación, por una parte, favorecía la fidelidad al Kabaka en el sentido de que cada uno de los clanes esperaba que algún día un miembro suyo pudiera llegar al trono, pero, por otra parte, era causa de tensiones entre los diferentes clanes con enfrentamientos por lograr imponerse en la jefatura del reino.

El reino estaba dividido en unidades administrativas conocidas como Amasaza (provincias) que se subdividían en Amagombolola (distritos), y estos se subdividían en comarcas llamados Emiruka que incluían a un grupo de pueblos o Bukungu. Todos los jefes de todos los niveles eran nombrados por el Kabaka y eran directamente responsables ante él. Podía nombrar o destituir a cualquier jefe a voluntad. Después de 1750, el trono dejó de ser hereditario y, aunque los clanes continuaron siendo los aspirantes, el rey y los diferentes jefes se elegían por los méritos y servicios aportados por cada aspirante.

Cuando, en la segunda mitad del siglo XIX, llegan los primeros exploradores europeos llegan a Buganda, en su búsqueda de la fuente del Nilo, se encuentran con el reino dirigido por el rey Mutesa I y una sociedad altamente desarrollada, incluyendo recaudadores fiscales, así como ejércitos que viajaban rápidamente a todas las partes del reino y las tierras recién conquistadas a lo largo de las carreteras construidas especialmente que cruzaban arroyos y pantanos por puentes y viaductos. En Nnalubaale (Lago Victoria), la marina de guerra real, podía transportar comandos baganda para atacar cualquier orilla o al lago. Henry M. Stanley visitó Buganda en 1875 y proporcionó una estimación del número de efectivos de su ejército: 125.000 soldados marchando en una sola campaña hacia el este (Busoga) a la vez que una flota de 230 embarcaciones de guerra esperaban para actuar como auxiliar de apoyo naval.

Mutesa vio la oportunidad de adquirir armas y otro material militar de los extranjeros, a los que podría utilizar contra los estados vecinos y por lo tanto expandir su reino. Mutesa fingió interés en las tres religiones que trataban de hacer proselitismo entre sus súbditos (anglicanos, católicos y musulmanes), pero en última instancia, nunca se convirtió a ninguna de ellas. Pero tuvo éxito en el fortalecimiento de su capacidad militar y tuvo un éxito considerable en particular contra el reino rival Bunyoro.

Las religiones extranjeras introdujeron serias divisiones en el reino por primera vez. Cuando Mutesa murió en 1884, fue sucedido por su hijo Mwanga II. Mwanga era un hombre joven cuando subió al trono y carecía de la experiencia, la sabiduría y carisma de su padre. Pronto el reino estaba dividido y con enfrentamientos entre los partidarios de cada una de las religiones. Mwanga intentó prohibir todas las religiones extranjeras y obligó a los conversos a elegir entre la religión o la obediencia al rey, llevando a la hoguera, entre 1885 y 1887, a decenas de dirigentes políticos que no quisieron abandonar la religión adoptada. Sin embargo era demasiado tarde. El rey ya no contaba con el apoyo incondicional y la fidelidad de sus súbditos, muchos de los cuales ahora se consideraban sujetos a la autoridad superior del recientemente introducido Dios cristiano o musulmán. Con el reino en crisis, las agrupaciones religiosas se convirtieron en afiliaciones políticas que s enfrentaban militarmente al rey. Mwanga fue depuesto por los conversos armados en 1888 y huyó del reino. Tras una breve guerra civil los musulmanes se hicieron con el poder, proclamaron un estado islámico y pusieron en el trono a Kiwewa, un príncipe que se había convertido al Islam. Los conversos cristianos, anglicanos y católicos, se unieron para luchar contra los musulmanes que fueron derrotados pronto, y proclamaron como nuevo rey a Kalema, un príncipe simpatizante de su causa.

Así, las religiones extranjeras dividieron y transformaron el Estado tradicional. Poco después, la llegada de competidores imperialistas europeos - El médico alemán Karl Peters (un profesor de filosofía antigua) y el capitán británico Frederick Lugard - rompió la alianza cristiana, los misioneros protestantes británicos instaron a la aceptación de la bandera británica, mientras que la misión católica francesa apoyaba a los alemanes (en ausencia de los imperialistas franceses). En enero de 1892, estalló la lucha entre protestantes y católicos Baganda. Los católicos ganaban ventaja, hasta que Lugard intervino con una ametralladora Maxim que decidió la cuestión en favor de los pro-británicos. La Misión católica francesa fue quemada hasta los cimientos y el obispo francés huyó. Ante el escándalo resultante en Europa, el gobierno británico pagó una indemnización a la misión francesa y convenció a los alemanes para que abandonaran sus pretensions sobre Buganda.

Fuente : "buganda.org"