(Durante seis años y medio fue misionero de la Iglesia Presbiteriana del Sur, en Luebo, Estado Libre del Congo.)
Publicado en la revista mensual sobre misiones americanas, el 28 de junio de 1903.
Aunque el Tratado de Berlín supuso el reconocimiento internacional del despotismo absoluto que se venía practicando en Africa, intentó salvaguardar algunos derechos de los nativos en ese territorio por ciertas estipulaciones que se declaran cuidadosamente en el Acta General de la Conferencia de Berlín. Los tres más importante eran : 1.- La supresión del comercio de esclavos. 2.- La prihibición de crear monopolios que cohartaran el libre comercio entre todas las naciones. y 3.- Estimular el establecimiento de misiones y empresas filantrópicas y científicas sin cualquiera restricción o impedimento en absoluto........
El Estado Libre del Congo se funda así, con los derechos de nativos y extranjeros cuidadosamente defendidos por un tratado en el que tomaron parte los grandes poderes del mundo......
Los horrores del comercio de esclavos africanos venían durante muchas décadas acusando a la conciencia del mundo, y todos pensaron que bajo el gobierno filantrópico del Rey de los Belgas, pronto se acabaría con esta lacra en la vida del Africa Central. Yo manifiesto, sin embargo, que la existencia de los nativos durante los dieciocho años de existencia del Estado del Congo es peor que tenían antes de que el Rey Leopoldo empezara su empresa filantrópica,-- las incursiones de los comerciantes de esclavos árabe eran menos sangrientas que las carnicerías actuales del ejército caníbal de Leopold. En cuanto el Rey tomó posesión de este inmenso dominio rápidamente se metamorfoseó de filántropo a comerciante y capataz. Por varios decretos emitidos durante los años 1885-90, los nativo se vieron privaron gradualmente del derecho a sus tierras, y éstas pasaron a ser propiedad del Rey el Estado. ......A fin de obtener la riqueza de caucho y marfil de su dominio, los nativo fueron obligados a recoger estos artículos como tributo. El sistema impuesto de tributos indudablemente es una de las páginas más oscuras y más sangrientas en historia moderna. El Rey ante las perspectivas de ganancia convocó la Conferencia de Bruselas en 1889, y, con su habitual apelación a la filantropía, se aseguró el derecho para levantar un ejército nativo, con el objetivo declarado de acabar con el comercio árabe de esclavos.
El gobierno se estableció firmemente en Boma, y dividió el territorio entero del Estado en distritos, con un comisario y varios funcionarios blancos en cada uno. Se cogieron los hombres de las tribus nativas más salvajes, preferiblemente caníbales, y formaron con ellos este ejército de nativos que ha llevado el eufemístico nombre de Fuerza Pública. Estos soldados, armados con rifles de repetición, hambrientos de pillaje y a menudo de carne humana, se esparció en los diferentes puestos a lo largo del Estado, y su número ha crecido ahora a la increible cibra de dieciocho mil. Estos soldados son el terror de las regiones en las que están . Yo he visto pueblos saqueados, devastados y profanados, que lo habían sido por soldados acompañados por funcionarios blancos. Yo he visto a cincuenta mil personas nativas viviendo durante semanas en los bosques huyendo y escondiéndose de los ultrajes de estos soldados. A menudo mujeres desvalidas y niños de los pueblos cercanos a nuestra misión en Luebo llegan a nuestra casa buscando protección. Casi diariamente, esclavos de Luebo son expuestos para la venta, Estos esclavos han sido cogidos por los Soldados Estatales o por ciertos jefes con quienes el Estado ha hecho amistad, y a quienes autoriza e instruye en secreto para hacer correrías para capturar esclavos y botín. Presumo que las tres cuartas partes de los cinco o seis mil esclavos de Luebo ha sido cogido por estos jefes amistosos o por los soldados Estatales.
Aproximadamente hace tres años, uno de estos jefes, Mulumba Nkusa, bajo la autoridad del puesto Estatal de Luluaburg, hizo una correría en la región de Ibanj, cerca de uno de nuestros establecimientos misioneros, junto al rio Kasai. Se envió a uno de nuestros misioneros para investigar el asunto. Encontró al jefe que. como un amable compañero, le confesó que le habían enviado los funcionarios Estatales, que le habían dado armas y pólvora y que ya había enviado algunos esclavos al puesto Estatal. En el momento que nuestro enviado le visitó, tenía ochenta y una manos humanas secando despacio encima de un fuego (es costumbre cortar las manos derechas de los muertos para demostrar que no se ha desperdiciado munición)......
Hace sólo diez meses, dos funcionarios Estatales blancos vinieron a Luebo y cogieron por la fuerza varios hombres,--vi, como, aproximadamente dieciocho de ellos, eran llevados con sogas alrededor de sus cuellos.... El último 25 de marzo, tomé el tren en Leopoldville, y encontré tres camiones cargados con esclavos que habían sido cogidos en el este del pais, no muy lejos de Luebo, sin que nadie supiera de donde procedían. ........ En Boma me encontré a soldados de mi propio distrito, a más de mil millas de distancia, que me dijeron que habían sido cogidos por la fuerza y obligados a ser soldados, y que tenían pocas esperanzas de ver sus casas de nuevo en la vida. Es costumbre transportar a los soldados a regiones remotas de sus propias casas, para evitar motines y huidas.
En la primavera de 1899, un funcionario Estatal hizo una correría en un pueblo aproximadamente a cinco días de Luebo. Yo llegué al lugar algunos días después, a invitación del jefe, y los nativos me informaron que catorce hombres habían sido asesinados. Sólo un año después, otra expedición volvió al mismo lugar. El jefe fue muerto, junto con muchos hombres inocentes y mujeres, y el pueblo fue quemado. El funcionario que hizo ésto, algunos días más tarde, presumía entre risas, en Luebo, de que él había matado a muchas personas y se había hecho con una cantidad de objetos curiosos. Contó, además, que mientras sus soldados disparaban, los habitantes de la aldea gritaban ¡Shepite!, ¡Shepite!, es decir, llamaban a uno de nuestros misioneros más conocidos, el Reverendo W. H. Shepard, F.R.G.S., para que fuera en su ayuda. El Estado ha justificado esas muertes alegando que eran expediciones punitivas.
Y podría contar innmerables casos más que yo he conocido que han pasado cerca de nuestro establecimiento. Si las cosas que he narrado han tenido lugar en una región muy limitada, uno puede imaginar las barbaridades horribles que se han practicado en el gran Río de Congo y en las grandes zonas explotadas por el Estado o por las compañías monopolistas de las que hablaré después.
El sistema de Trabajos Forzados y el Servicio Forzado en la Fuerza Pública empezaron como resultado de un decreto especial de Leopoldo, emitido poco después de la Conferencia de Bruselas, aproximadamente hace once años. ...... El 16 de junio de 1897, el rey Leopoldo celebró la Proclamación de su famoso Evangelio del Trabajo en el Estado del Congo. En él les dice a sus funcionarios : "Usted debe obligar a la población a las nuevas leyes, y el más imperioso y saludable de los deberes es ciertamente el deber del trabajo." Como resultado de esto sistema de trabajos forzados, el caucho y el marfil han estado entrando a raudales en el puerto de Amberes, y la sangre de miles de hombres inocentes y mujeres en Africa se ha vertido para satisfacer la codicia del hombre que se propone como su bienhechor.
¿Como es posible que el mundo no conozca la verdad sobre esta situación?. ¿Que medios se utilizan para evitarlo?. Todo el mundo teme el poder absoluto del Rey, de manera que los oficiales Estatales, comerciantes, e incluso la mayoría de los misioneros, guardan un silencio vergonzoso, y algunos de estos últimos, incluso colaboran abiertamente en apoyo de esta institución inicua. El año pasado, recurrí al director de una de las grandes compañías monopolistas de mi distrito para transmitir una apelación al gobierno Estatal para detener las crueldades que vienen produciéndose en nuestra región. Su contestación era que él tenía instrucciones explícitas para no interferir de ninguna manera en lo más mínimo con lo que el Estato podría hacer.
El Rey deslumbró al mundo por la cita, hace algunos años, de una comisión compuesta de misioneros, protestante y católicos para crear una comisión para proteger a los nativo e informar sobre cualquier caso de injusticia. Los dos miembros protestantes de la comisión,--yo no sé de los miembros católicos,--fueron condecorados por el Rey con la medalla de la Legión de Honor antes de que se pusieran a trabajar en esta comisión. Si esto ha aliviado sus conciencias o no, no lo sé, pero sé que ellos han vivido durante los últimos siete años en medio de estas injusticias; han tenido conocimeinto de estas historias recontadas por otros misioneros y otras personas; ellos (por lo menos uno de ellos) habla audazmente contra el Estado en privado, pero, hasta ahora, que yo sepa, nunca han informado un solo caso de ultraje. Hace tiempo que he llamado su atención sobre diferentes casos, pero se han refugiado detrás del hecho de que las leyes que imponen los trabajos forzados y el alistamiento militar son aplicadas en el resto del continente, y por consiguiente no hay nada que se pueda hacer, y que si las aldeas no aportan los tributos y los hombres obligatorios, las expediciones punitivas son necesarias. Uno de estos hombres vio los tres camiones cargados con esclavos a los que yo me referí antes, pero sé que él nunca ha dicho nada al gobierno sobre eso........
De vez en cuando el Rey nombra a algún funcionario especial que sale con gran ruido y pretende investigar la verdad de los informes de crueldad. Uno de estos funcionarios estaba a sólo unas millas de la escena de la incursión de Mulumba Nkusa que he descrito antes. Algunas semanas después, uno de nuestros misioneros que también había visitado la escena buscó a este funcionario y le hizo personalmente un informe del asunto. El funcionario se encogió de hombros, y dijo que él ya no estaba actuando como inspector.
El Estado constantemente está "investigando" los cargos que se hacen contra los soldados y funcionarios ............Hasta ahora que yo sepa, ni una sola persona ha sido sancionada por los ultrajes que han venido sucediendo bajo mi observación personal.
Debo decir, sin embargo, que tengo poca simpatía hacia el castigo de los soldados y funcionarios blancos, aun cuando el gobierno fuera honrado administrándolo cuando lo mereciesen,--es el sistema entero de trabajos forzados y el servicio militar los que deben condenarse, y no solamente los funcionarios y soldados que son encomendados a poner en ejecución el sistema. Y esto significa que es Leopoldo, y solo él, quien deber ser sometido a juicio por haber creado y continuar aplicando semejante sistema.
.............Todo el territorio del Estado de Congo, con la excepción depequeña franja en la Costa Oriental, ha sido dividido entre el Rey y varios grandes monopolios de los que , casi siempre, Leopoldo en un accionista importante, con el resultado de que ya nadie, ni comerciantes, ni misioneros, puede comprar tierra para montar sus establecimientos. Hasta 1898, la tierra podía comprarse, aunque bajo muchas restricciones; desde 1898, el Estado se ha negado a vender tierra. Los arriendos, se fijan para periodos de pocos años. La misión de la que soy miembro ha hecho aplicación para cuatro concesiones de la tierra en los últimos cuatro años. Ahora, al pedir la renovación se nos deniega y se nos dice que disponemos de quince días para abandonar la tierra. El nuestro es sólo uno de los casos que vienen a demostrar que el Estado Libre del Congo viola con el mayor de los descaros y de manera sistemática los tratados internacionales. .............
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