cantante griot, de nacimiento Mah Sissoko, nació en Mali el año 1965 en el seno de una familia de griots (mezcla de músicos e historiadores oficiales de las clases aristocráticas) pues su padre Djeli Baba Sissoko ―no confundirlo con el joven músico Baba Sissoko― era uno de los griots más respetados de Mali igual que su tia Fanta Damba, también cantante.

Destacó muy pronto en su carrera profesional. Entró a formar parte del grupo de Kassemady Diabaté y, más tarde, en el de Mandé Foli. Ha gravado dos discos: Nyarela en el año 1997 y The Voice of the Mande en el 2000. También contribuyó con tres piezas en el álbum Divas from Mali en el 1998. El año 1999, intervino en una pieza del álbum del compositor Jonathan Elias en su proyecto coral de ámbito internacional The Praver Cycle.

Mah Damba canta poemas de héroes de la epopeya bambara como Da Monzon de Ségou, una historia muy parecida a la tragedia de dipo. Uno de los papeles jugados por los griots es cantar alabanzas de su patrón (jatigui) en las fiestas familiares, bodas y bautizos. Mah Damba canta las alabanzas de la familia de los Kakolo y los Coulibay.

El arte vocal de Mah Damba es muy antiguo pero siempre abierto a la creación y a la improvisación. Su grupo está formado por músicos con instrumentos tradicionales como el ngori ―que toca su marido Mamaye Kouyaté―, un instrumento de cuatro a siete cuerdas de la familia del oud de formas todavía muy parecidas a la de los instrumentos del Egipto faraónico.

Mah Damba y su marido Mamaye Kouyaté ambos son descendientes de familias de griot de Malí, de la etnia Bambara y lengua Mandinga. Son cantantes, poetas, historiadores y músicos. Con el acompañamiento de las “ngomi” un instrumento de cuatro a siete cuerdas de la familia del laud, su forma actual es todavía muy parecida a un instrumento aparecido en imágenes del Egipto faraónico. También este instrumento es considerado el padre del banjo afro-americano.

Mah canta con una delicada y ligeramente velada voz los hechos de los guerreros de los últimos grandes imperios, así como el elogio de las familias de las jatiguis, sus patronos.

El arte de Mah Damba, aunque muy antiguo, siempre está abierto a la creación y a la improvisación.
 

Fuente.- "Festivaldetorroella.com"