Aun teniendo en cuenta la gran
diversidad musical existente en Africa, se puede generalizar el hecho de que música y
danza son inseparables en todo el continente. Siempre que uno oye cantos y palmas, o los
ritmos de un tambor, se puede casi asegurar que alguien, cerca, está bailando. Una
siempre atrae a la otra.
Al igual que
en el resto de culturas, en las culturas africanas las danzas tradicionales están
intimamente relacionadas con las fases de la tierra (cambio de estaciones, desgracias
naturales, etc) y con las fases de la vida (nacimiento, iniciación, matrimonio, muerte,
...).
Existe una gran variedad de ritmos y cadencias según las diferencias culturales de los
muy diversos pueblos africanos.
Aunque muchas danzas se atienen a coreografías definidas, en general los bailarines
realizan sus movimientos con un alto grado de improvisación. Generalmente, el bailarín
utiliza, no solo sus pies, sino que juega con sus caderas, sus piernas, cabeza y hombros,
y en las músicas polirrítmicas, donde cada tambor marca un ritmo diferente, cada parte
del cuerpo puede seguir los diferentes ritmos marcados a la vez.
Hay muchos tipos diferentes de bailes,
cada uno hecho con un estilo particular y para un propósito particular. El baile sirve
para una gran variedad de funciones rituales y de simple diversión. Algunos bailes sirven
para honrar a las fuerzas espirituales en las ceremonias religiosas, mientras otras son
propias de las ceremonias concretas de iniciación o pasaje. Hay numerosos bailes
sociales, como de competición, bailes militares, o bailes que honran a los jefes
importantes.
Bailes africanos, hoy conocidos
internacionalmente, como puede ser "la danza del vientre" que se exhiben en
espectáculos publicos por todo el mundo, tienen raíces culturales muy antiguas. La
exportación y el mestizaje de los ritmos musicales modernos ha permitido que movimientos
de danza africanos se hayan generalizado por otros continentes.
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